Las instalaciones de energía solar térmica tienen una esperanza de vida media en España de entre 20 y 25 años. Eso sí, siempre que su mantenimiento sea óptimo y no se produzcan desperfectos inesperados.

Es muy común olvidar los cuidados básicos que este tipo de instalaciones necesitan para funcionar al 100%. Por eso, la empresa sevillana Dankesol ha preparado una guía con los fallos más comunes que pueden suceder.

Fallos propios de la instalación de energía solar térmica

Mala ubicación e inclinación: una buena orientación es básica para maximizar el aprovechamiento de las horas de sol. Así, también existe una inclinación óptima para las placas.

Regulación errónea: una buena programación del termostato y un funcionamiento correcto de la bomba de agua es necesaria para que la transferencia de energía sea buena y disponer de agua caliente cuando se necesita.

Mal cálculo de la presión: el circuito de agua funciona a presión. Un ajuste perfecto permitirá la mejor transferencia de energía con la máxima seguridad.

Buena dimensión de componentes: elegir el mejor equipo para las necesidades que se requieren también ayudará a prolongar la vida útil de los componentes.

Fallos en las placas solares

Sobrecalentamiento de la placa: es una avería común en zonas con una alta radiación solar. La placa recibe más calor del que puede soportar y se deteriora, incluso puede provocar un cortocircuito.

Rotura de la placa: normalmente se debe a la exposición a los fenómenos meteorológicos.

Desplazamiento de la placa: también provocada normalmente por el fuerte viento o la mala sujeción en el momento de la instalación.

Fugas: en el circuito de agua por las válvulas o juntas que sufren el desgaste del tiempo.

Fallos en el circuito de agua

Falta de anticongelante: el anticongelante es necesario para que el agua circule de forma óptima por dentro del circuito. Incluso en lugares muy cálidos es recomendable que el anticongelante esté al nivel requerido.

Falta de presión: el circuito requiere de presión para que el agua llegue desde la placa hasta el acumulador.

Aire en el circuito: algún poro puede provocar la entrada de aire en el circuito y ocupar el lugar del agua, disminuyendo la capacidad de la instalación.

Fallos en el acumulador térmico

Calcificación: la cal se puede acumular en la entrada y salida del circuito impidiendo el paso del agua.

Avería en la bomba: si la bomba recirculadora (en el caso de que exista) no funciona de forma correcta, el circuito no tendrá la presión deseada.

Fugas: la corrosión o la propia cal puede llegar a provocar fugas en los circuitos del acumulador.

Desgaste del material: el tiempo y la erosión puede provocar el mal funcionamiento de los componentes electrónicos del acumulador.

Falta de mantenimiento

Cableado suelto: las conexiones eléctricas son muy importantes en este tipo de instalaciones. Un mal empalme puede provocar variaciones en el buen funcionamiento. Por eso, es necesario hacer una evaluación de la instalación eléctrica con herramientas de precisión.

Daños internos de los colectores: una placa defectuosa o con un fallo de producción puede producir fugas de los colectores internos. Visualmente, tienden a aparecer manchas o tinciones en el cristal exterior, pero pueden pasar desapercibidas si no se cuenta con un especialista.

Fuente: Dankesol